La migración, reconocida hoy como un fenómeno de alcance mundial, se enfrenta a una dualidad en su percepción y tratamiento. Para muchos países que actúan como rutas de tránsito o destinos de acogida, es considerada un acto irregular, especialmente cuando los desplazamientos no cumplen con los requisitos legales establecidos. Sin embargo, detrás de cada movimiento migratorio hay historias de personas que buscan escapar de la violencia, la pobreza o situaciones que ponen en peligro su integridad y bienestar, impulsados por la esperanza de un futuro mejor.
Un informe sobre las Migraciones en el Mundo del 2024 arroja luz sobre el impacto positivo que la migración puede tener en el desarrollo humano y el crecimiento económico. Los datos reflejan un aumento impresionante de más del 650% en las remesas internacionales entre los años 2000 y 2022. Este flujo económico, generado por millones de personas que trabajan fuera de sus países de origen, no solo beneficia a las familias receptoras, sino que también fortalece las economías locales y globales.
Desde una perspectiva más técnica, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de la ONU define la migración como “el cambio de residencia que implica el traspaso de algún límite geográfico o administrativo debidamente definido”. Esta definición permite diferenciar entre migración interna, cuando el desplazamiento ocurre dentro de las fronteras de un mismo país, y migración internacional, cuando las personas cruzan fronteras nacionales. Ambas formas de migración reflejan la necesidad constante de las personas de adaptarse a contextos cambiantes, ya sea por razones económicas, sociales o políticas.
Si bien la migración es a menudo vista como un desafío por los países receptores, el informe de 2024 subraya que también es una oportunidad. La integración de migrantes en los países de destino puede fomentar la innovación, cubrir vacíos laborales y promover una diversidad cultural enriquecedora. Al mismo tiempo, las políticas restrictivas y la falta de sistemas de protección adecuados exponen a los migrantes a riesgos como la explotación, la discriminación y la violencia.